Introducción
«The Greatest Wish» es una canción del artista estadounidense Curtis Salgado que nos dice que queremos tantas cosas en nuestra vida, pero el mayor deseo de todos es «Quiero que mi perro viva más».

Nuiana se fue…
Durante unos cuatro años y medio estuvimos, mi familia y yo, conviviendo con una perra que había heredado un parásito de su madre. Este parásito evoluciona en la temible enfermedad Leishmania Canina. Una enfermedad crónica que en el caso de Nuiana daba periódicamente unos bajones de salud general y desde el diagnóstico sabíamos que a Nuiana la teníamos de prestado. Hace un año y poco bajó bastante más de lo habitual. De hecho fue el bajón más profundo hasta ese momento y llegué a pensar que la iba a perder. Hasta tal punto que una noche la di permiso de irse. Nos miramos muy profundamente a los ojos y la dije que no tenía que luchar más, que todo iría bien y que se podía ir tranquilamente.
Nuiana, como una amazona, luchó y nos dio un año más de una relación simplemente increíble. Solemos decir que mi perro es el mejor perro del mundo y que tenemos una relación única con él. En nuestro caso, con Nuiana, puede ser que la lucha que llevábamos nos unió de una forma poco habitual. No lo sé, pero está claro que Nuiana tiene un sitio muy especial en el corazón.
Nuiana se fue y ha dejado un vacío enorme. Paso una esquina y espero verla en el otro lado. Preparando la cena levanto la mirada y allí donde solía estar mirando con unos ojos negros muy profundos, no está. Y duele. Duele mucho más de lo que me esperaba y está claro que esto va a ser un camino duro, pero sé que poquito a poco este dolor se convierte en alegría y agradecimiento por el tiempo que esa perra maravillosa nos regaló.
Ahora me toca a mí y a mi familia llevar el proceso de duelo de la mejor forma posible y tomar los consejos que les doy a otros, que acaban de perder un ser muy querido…

La Pérdida…
Como dice Curtis Salgado en su canción, la vida de un perro a menudo parece demasiado corta. A intervalos regulares (si tienes más de un perro en tu vida) sucede lo inevitable: tu amigo cruza el puente arcoíris y tú te quedas atrás con el corazón hecho pedazos.
Pero perder a alguien que amas no tiene por qué privarte de todo tu poder de vivir y entusiasmo por la vida, al menos no por mucho tiempo. No tienes que ser una «víctima» completa de tus emociones. Se supera el dolor de diferentes maneras y diferentes personas necesitan más o menos tiempo. Solo tienes que permitirte hacerlo «a tu» manera.
El dolor y la pérdida pueden ser bastante difíciles por sí solos, pero a veces nosotros mismos lo hacemos aún más difícil. Por ejemplo, al no permitirnos sentir el duelo tanto o de la manera que necesitamos. A veces nos centramos demasiado en lo que es «normal», cómo «otros» se afligen y lo que otros pueden pensar de nosotros. No queremos causar «problemas». Tratamos de ser «fuertes» y no queremos «hundirnos» en nuestro propio dolor. Especialmente cuando se trata de «sólo un perro». Al hacer esto, desperdiciamos mucha de nuestra energía en todo lo que no sea para lo que realmente la necesitamos, es decir, llorar y sanar.

El dolor tiene muchas caras
El duelo es diferente para diferentes personas y, por lo general, también es proporcional a los lazos que has tenido con el que has perdido. Pero el curso del duelo, el sentimiento de culpa, desesperación, conmoción, etc. también están relacionados con cómo y cuándo pierdes a tu perro, por ejemplo. Cuando un perro muere repentina e inesperadamente, cuando no has tenido tiempo de prepararte, el impacto puede ser abrumador y puede durar mucho tiempo. Y mientras estás en estado de shock, realmente no podrás lidiar ni procesar tu pérdida.
Para algunas personas, y creo que yo mismo estoy en esta categoría, el duelo es un fenómeno profundo de duración corta, también conocido como duelo agudo, aunque el dolor puede regresar inesperadamente en algún momento más adelante. Pero algunas personas pueden experimentar un dolor prolongado, que dura meses o hasta años. Este duelo también se conoce como duelo complicado y sin ayuda y apoyo, dicho duelo puede conducir al aislamiento y la soledad crónica.
Así que se trata de darse tiempo. Para quienes pierden un perro joven, el impacto suele ser un poco mayor que para quienes pierden un perro de más avanzada edad. Por supuesto, esto no siempre es así. Como he dicho, somos diferentes y reaccionamos de manera diferente. Además, un perro mayor también puede morir de forma traumática e impactante, lo que también deja al cuidador en un estado de shock del que puede tardar en recuperarse.
El que está completamente solo y pierde a su compañero de vida, naturalmente, termina en una situación completamente diferente al que está rodeado de familiares y amigos cercanos. Perder un perro cuando, por ejemplo, estás en una fase de la vida bastante activa y exigente, suele dejar huellas completamente diferentes a las del que cuando no tienes nada ni a nadie más. No es que una pérdida sea mayor o menor que la otra, pero la forma en que experimentamos la pérdida o las oportunidades que tenemos para lidiar con ella pueden diferir significativamente para la misma persona durante diferentes etapas de su vida.
No importa cómo reaccionamos y no importa cómo sea nuestra situación de vida, es importante tratar de aceptar todas las diferentes emociones que siguen a una pérdida. Sabemos que las emociones negativas tienen un papel esencial en nuestro pasado evolutivo y también en situaciones específicas del mundo moderno. Sin embargo, cuando emociones como la ira, la tristeza y el miedo se apoderan de nosotros y afectan negativamente la calidad de nuestras vidas, puede ser el momento de buscar ayuda profesional. A veces, una sola llamada puede ser suficiente para obtener la orientación necesaria para seguir adelante.
Y a veces lo que se necesita es un amigo cercano. Muchos dolientes solo quieren que los que les rodean escuchen, hagan preguntas y compartan recuerdos, confirmando así la profundidad y validez de los sentimientos del doliente y ayudándolos a sanar. El simple hecho de saber que hay alguien con quien hablar sobre lo que está más cerca de tu corazón puede ser reconfortante. Y si no tenemos esos amigos (desafortunadamente, muchos desaparecen cuando el viento sopla un poco) bueno, entonces tenemos que confiar en nosotros mismos y tratar de ser nuestro propio mejor amigo. Este puede ser un buen momento para conocer nuestra propia fuerza interior, convertirnos en mi propio amigo y tal vez encontrar a alguien que ha estado allí toda la vida sin saberlo.

El perro sustituto…
A veces nos entra pánico cuando la pérdida nos pega como un derechazo de Mike Tyson. Haremos lo que sea para aliviar la angustia y la desesperación – lo que sea. Y a veces nos llega el consejo, bien intencionado pero realmente malo, de adquirir un perro nuevo. Es un consejo de gran falta de entendimiento y sentido.
Otro perro no puede sustituir el amor que sentiste…
Una vida nueva no hace que la anterior siguiese…
El lazo único no se puede cambiar por otro…
No puedes trasladar tus emociones de uno a otro…
No únicamente es una equivocación para ti. El error también se aplica al ser nuevo. Durante el tiempo de duelo no puedes entregar tu corazón a otro, como está lleno de dolor y sufrimiento. Así que, mi consejo sería de no adquirir un perro nuevo hasta que el proceso de duelo ha terminado.
La culpa…
Para la mayoría la culpa es una parte del proceso y no importa si es razonable o no. La culpa es para tener algo a que dirigir nuestro dolor. Pero la culpa es una ilusión.
Claro que existen un montón de cosas que deberías haber hecho diferentemente. Un montón de veces has hecho o dicho algo de que te arrepientes. Esto existe en todas las relaciones. Con humanos y con animales. No eres perfecto y haces y dices cosas de las que luego lamentas y un día se convierte en culpa.
Todos cometemos errores – nadie es perfecto. Así que perdónate a ti mismo. Afronta el fantasma de la culpa y no deja que haga el duelo más difícil de lo que ya es.
La Vergüenza…
Algunos pueden llegar a sentir vergüenza por el duelo por haber perdido su perro. Esto es una proyección de la que creemos que otros piensan que está mal o signo de debilidad llevar luto por un perro.
La vergüenza es como la culpa, una ilusión. No hay absolutamente nada de avergonzarte. Ni hacía ti mismo, ni hacía otros. Lo más probable es que tu entorno más cercano entiende perfectamente y si no es así – a lo mejor no debería ser tu entorno más cercano.
Llevar luto por un ser querido es normal, necesario y además muy sano.

Consejos para afrontar el duelo…
No llorar en solitario. Es vital que sigas conectado con los demás durante el tiempo de duelo. Tu entorno de apoyo puede incluir a tu familia, amigos, tu educador canino, un grupo de apoyo para el duelo y/o un profesional de salud mental con licencia para ayudarte a sobrellevar la situación.
Tu entorno de apoyo puede ayudarte a:
Preparar y afrontar la despedida.
Compartir tu dolor con otras personas que puedan entenderte.
Procesar tus emociones difíciles en un entorno seguro.
Cuídate – Puede ser fácil olvidar nuestras propias necesidades cuando nos estamos recuperando de una pérdida, pero descuidarte no te ayudará a lidiar con tu dolor de manera efectiva.
Recuerda…
Intenta ser creativo para expresar tus sentimientos (por ejemplo, escribir algo, pintar, un álbum de fotos).
Come, duerme y haz ejercicio para evitar agregar fatiga física a tu fatiga emocional.
Sé paciente contigo mismo y permítete sentir lo que sientes.
Comprende qué desencadena tu dolor y prepárate para esos desencadenantes (por ejemplo, planifica tomarte uno o dos días libres del trabajo, informa a tus amigos y familiares que necesitarás apoyo adicional, etc.).

Conclusión…
El duelo es difícil y duro, igual de intenso y profundo que el amor que sentiste por tu perro. El dolor llega tan profundamente que ningún remedio puede ayudar.
Pero reflexiona un momento – tu perro merece todo ese duelo.
Así de simple…

Referencias
https://positivepsychology.com/grief-counseling/
https://positivepsychology.com/understanding-emotions/
https://www.psychologytoday.com/intl/basics/grief
También me ha inspirado el libro de Anders Hallgren “Farväl till en vän” que trata este tema. Desgraciadamente solo ha sido publicado en sueco y en danés.
Por último recomiendo escuchar el episodio #01-23 de Pongamos que Hablo de Perros. En éste episodio María Fernández de La Brújula Canina habla conmigo sobre el proceso de duelo.
3 comentarios en «Decirle adiós a tu mejor amiga…»
Precioso! Les abrazo fuerte.
Lo siento amigo, es duro perder tan grandes amigos y cuando ocurre el dolor del duelo y el vacío es enorme. Aun como en tu caso, teniendo todas las herramientas y conocimientos necesarios para afrontarlo, sigue siendo difícil, triste y descorazonador. No puedo consolarte, porque realmente no hay consuelo posible, solo aprender a vivir sin ellos, acostumbrarte a no verlos más y atesorar todos y cada uno de los recuerdos, momentos y enseñanzas que han dejado en ti grabados a fuego. Cuando Zar se fue yo estaba abrazándolo, como él quería juntos hasta el final, y lloré como no lo había hecho desde muy niño, no me avergüenza decirlo porque soy humano. Ningún otro perro podrá sustituirlo jamás, ni borrar su recuerdo. Y entonces pasa el tiempo y llega un día que la vida pone en tu camino otro chico que te necesita, te mira y tu lo miras y en esa mirada algo cambia en ti. Sin siquiera saberlo ni ser consciente de ello, entonces encuentras las fuerzas necesaria para sobreponerte al dolor y comenzar algo nuevo. El corazón tiene razones que la razón no entiende, haz caso a tu corazón y todo será un poco más fácil. Un abrazo Jonás.
Gracias Jonas.
Siento mucho tu pérdida de Nuiana y la mía, primero de Sophie y ahora de Pampa. Tanto que nos dan y tan difícil perderlos. Pero están. En el recuerdo, en el amor, en el pensamiento, ahí están y algún día seremos polvo cósmico, unidos otra vez. Abrazos.