¡Ya es hora!

Ya es hora de que como profesionales en la industria canina empecemos a preguntarnos:
¿Qué estamos haciendo?  
¡De verdad!

Cada día nos encontramos con más perros con “problemas conductuales” y creo que ya es hora que empecemos a preguntarnos ¿por qué? Ya es hora que nos demos cuenta de que estos problemas conductuales en realidad son síntomas de problemas del bienestar del perro.

Celso Huerta dice, en el decimoctavo tramo del cuarto viaje de Pongamos que Hablo de Perros, “que los comportamientos desarrollados por ese especie, a lo largo de 30.000 años de vida conjunta, los hemos encuadrado en:
sentado – echado – quieto – de pie – junto – ven…
¡Son seis!”
Ya es hora que dejemos de hacerlo.

Tenemos perros viviendo con nosotros en un entorno en el que no entienden absolutamente nada de lo que está pasando a su alrededor. El perro está continuamente preguntándonos ¿Qué es eso? ¿Qué hago? y nosotros lo estamos controlando a través de un ¡Sienta!.

Ya sé que va en contra de la cultura dominante de la visión sobre el perro, pero estoy convencido de que si no cambiemos la manera de que nosotros trabajamos con las personas que vienen para que les ayudamos con los problemas que tienen con sus perros, esto solo va a empeorar.

Como lo veo yo, es imperativo armar a las personas con conocimiento para poder tomar mejores decisiones en cuanto a sus perros. Mientras nosotros profesionales vamos diciendo – “No te preocupes. Sólo necesitas tomar mi curso maravilloso que funciona con todos los perros, de todas las razas y de todos tamaños.” – les estamos mintiendo.

Ya es hora que demos el giro y nos damos cuenta que los perros no se encuentran bien y no es culpa suya.

Ahora resulta que molesta que mi Beagle ladra, que mi Mastín no deja entrar a mis amigos en casa o que mi Border Collie corre tras niños en bicicleta. Eso – señores y señoras – son diferentes características seleccionadas llevadas a su perfección. No podemos seguir hacerles a los cuidadores de estos perros creer que se arregla con comandos de obediencia.

Ya es hora que desde la misma industria nos demos el giro y le hacemos claro a la persona que viene y quiere que arreglemos los problemas conductuales de su perro entrenándole, que en realidad no tiene nada que ver con entrenamiento.

Me preocupa enormemente cuando profesionales de renombre, con años y años de experiencia y autores de libros que se usa como referencia de lectura en la industria de adiestramiento y/o entrenamiento de perros, en tertulias por YouTube defiende el uso de collares de impulso eléctrico como una herramienta útil para entrenar el perro no “escaparse”, cuando va suelto. Que le parece menos maltrato darle un par de chispazos de que llevar al perro con correa, por miedo de que se vaya. Me preocupa que una persona con toda esa experiencia tenga tan poco conocimiento sobre perros. Si el perro de verdad se escapa hay un problema enorme en la relación entre perro y humano y eso en definitiva no se arregla con un collar de impulso eléctrico.

También me preocupa cuando veo una publicación, en las redes sociales, de otro profesional de renombre que nos dice que utilicemos el refuerzo positivo, dándole chuches al perro, cada vez que saludamos a alguien. Se supone que esto ayuda al perro a no correr efusivamente hacia ese alguien, queriendo saludarlo. En cambio, cada vez que saludamos a alguien, el perro se vuelve hacia nosotros en busca de un chuche. En este caso está muy bien que no estemos usando un collar eléctrico, para corregir al perro. Pero a través de este entrenamiento positivo en realidad condicionamos al perro, de manera extrema. Estamos condicionando al perro para que exprese un comportamiento aceptable para nosotros, pero de ninguna manera natural para él. Tarde o temprano, el perro tendrá que dejarlo salir en otro momento, en algún otro lugar.
¿Y qué hacemos entonces?
Lo siento, pero no veo nada positivo en esto. Reprimir las emociones es dañino, no solo para nosotros los humanos.

Ya es hora de que nosotros, los profesionales de la industria del perro, demos el giro y empecemos a ver las cosas como son. Un Border Collie que corre detrás de niños en bicicleta no muestra ningún comportamiento agresivo. Está haciendo su trabajo. Ese trabajo, para lo que lo hemos programado, durante cientos de años. Un Galgo que de repente corre tras el gato del vecino o el Mastín gruñendo a los invitados, es más de lo mismo. Tratar de corregir estos comportamientos sin tener en cuenta las razones subyacentes que pueda tener el perro, no solo es cruel.
Es directamente estúpido.

Lo que tenemos que hacer, y ya es hora, es hacerle llegar a los cuidadores de perros de lo que tienen que hacer es empezar a conocer a su perro y comunicarse con él para de verdad poder ayudarle con su día a día en este mundo, que en definitiva no es el suyo. Ayudarle entender mejor lo que le rodea para que lo pueda gestionar.

Ya es hora que demos el giro y dejemos de castrar perros machos y vaciar hembras a toda leche. Si lo que estamos buscando es no tener camadas indeseadas hay otras formas que no altera el sistema hormonal. Se puede esterilizar el macho a través de una vasectomía y hacerle una ligadura de trompas a la hembra y así inhibir la posibilidad de reproducción, pero no altera el sistema hormonal del animal. Alterando el sistema hormonal significa dejar al perro sin posibilidad de gestionar su vida emocional.

Y, por favor, no intentemos arreglar problemas de conductas agresivas castrando al perro, para así bajarle el nivel de testosterona. La testosterona no le hace más agresivo al perro. De hecho la agresividad más definida del mundo, es la de una madre defendiendo a sus crías, sin importar la especie. Piénsalo – allí la testosterona no tiene nada que ver.

Ya es hora que demos el giro y empecemos a vigilar por el bienestar del perro y no solamente por la comodidad nuestra. Si seguimos tratando las conductas del perro con entreno de comandos y a través de la castración (o vaciado) la superpoblación – no nos engañemos – no nos importa el bienestar del perro.

Necesitamos un cambio de paradigma y espero que se pueda hacer. Si no, cada día vamos a tener más perros que no pueden llevar la vida que les imponemos. Desde la misma industria necesitamos dar un giro. Por el bienestar del perro – y el nuestro.

¡Demos el giro! – ¡Ya es hora!


*Aclaración:
En éste artículo trato el perro con el género masculino por facilidad como la única razón (soy vago – vamos).


Si no has gustado lo que estoy diciendo en este artículo puedes enviar un correo electrónico a:
mehasofendidomuymucho@jonasthulin.com
Responderé – prometo


9 comentarios en «¡Ya es hora!»

  1. Cierto Jonas, ya es hora que los tutores escuchen más, observen y practiquen más y hablen, en ese orden. Es necesario escuchar a los tutores para así poder apoyarles en sustituir palabras como “control” por “comprensión del vínculo afectivo”. Ayudarles a entender que ni ellos ni los perros con los que viven deben ser presa de lo
    que otros opinen respecto a cómo debería comportarse un perro.

  2. Hola Jonás. No soy educadora y leo este artículo. Escucho tu podcast tmbn. Leo artículos, hago cursos, menos de los que quisiera pero alguno…
    A lo que voy. Yo tengo interés, me preokupa el bienestar de mis perras y me apasiona el perro en general.
    Si esos educadores no se interesan por lo mismo,bque es obvio que no, dudo mucho que lean esto.
    Cómo hacerles llegar un mensaje que no quieren oír?
    Porque haces muy bien en responsabilizarlos a ellos tmbn, pero sirve de algo el mensaje?
    Lo siento, a veces me falta la esperanza y otras me pega el subidón de ver que sí que van cambiando las cosas.
    Gracias x todo lo que haces.
    Saludos al chihuahua feroz y resto de familia.

    1. Gracias Karmela

      Ya sé que este artículo no llega a todos los que deberían de verdad leerlo, pero de cierto modo espero que se abra un debate y que vamos a poder empezar a discutir de forma respetuosa. Es que, como lo veo, estamos caminando hacía un desastre en nuestra convivencia con los perros.
      Lo único que podemos hacer es difundir el mensaje y que si los profesionales no cambiamos por voluntad propia, que los clientes nos obligan…

      Saludos peludos,
      Jonás

  3. Hola Jonás,
    Como compañera de un perro al que quiero entender para respetar y hacerlo feliz, he ido de “educador/a” a “educador/a” a “etólogo/a”, cursos, podcast, webinars, … ufff… realmente ha sido difícil encontrar a humanos/as como vosotros que quieran respetar al perro/a… ahora estoy en otra ardua quimera de encontrar quien me enseñe a “entender” a mi perro, quien me enseñe su lenguaje y las cientas miles de variables que hay… A seguir aprendiendo!
    El problema, como siempre, es la sociedad en la que vivimos y la desgraciada y degradada humanidad en la que crecemos.
    Gracias por estar y por promover!
    PDATA: Ánimos para no ser vago en otra de las facetas denigrantes de esta sociedad y su lenguaje exclusivo!

  4. Hola Jonás, me ha encantado tu artículo, yo me esfuerzo por cubrir las necesidades de mi border y no se si lo hago bien , espero no hacerlo del todo mal pero hay algo que me preocupa y no se gestionar y me gustaría saber si podrías ayudarme, tengo una border u
    Con muchísima genética de pastoreo, y pastorea a los amigos perros, y les hace pequeños marcajes con gruñido par provocarlos para jugar y muchos dueños de los otros perros piensan que los va a morder y no es así, ella solo los provoca para que corran porque ella juega a correr de tras para controlarlos como bien border, no está obsesionada con nada porque ella lo único que hace es correr,ni pelota ni nada solo perros pero aunque yo estoy casi segura que mi perra juega correctamente siendo border los otros dueños de sus a.igos algunos se que nonles gusta nada .podrías aclararme si es correcta su conducta o no?
    Mil gracias amigo.

    1. Hola Ana

      Gracias por tu comentario y tratando tu consulta – mándame un mensaje via Whatsapp o Telegram al 620226676.

      Saludos peludos,
      Jonás

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