«Algunos de los mayores desafíos en las relaciones, es que la mayoría de las personas inician una relación para obtener algo. Están tratando de encontrar a alguien que les haga sentirse bien.
En realidad, la única forma en que una relación va a durar, es ver la relación como un lugar al que vas a dar y no un lugar al que vas a recibir».
La reflexión es del Tony Robbins (escritor de libros de desarrollo personal) y está dirigida a relaciones entre personas, pero es perfectamente transferible a nuestra relación con el perro. Muy, pero muy pocas veces un humano empieza una relación, porque es eso – una relación, para que el perro se sienta mejor. Existe, claro que existe, pero como ya dije – muy pocas veces.

¿Cuánto valor pongo yo?
La primera pregunta que debo hacerme es «¿Cuánto valor estoy agregando yo a esta relación?»
Porque aquí es realmente donde comienza.
¿Cuánto estoy yo dando?
Pero tampoco debo sentir que estoy dando mucho y obteniendo muy poco, o nada, a cambio. Una relación en la que me quitan, y no me devuelven, ciertamente no es sana. Si es así, es un problema que debe analizarse.
Realmente es una cuestión de si la relación, para mí, es netamente negativa o positiva. ¿Cómo me hace sentir esta relación, la mayor parte del tiempo?
Empieza conmigo
Pero en cualquier caso, comienza conmigo mismo.
Cada relación es una serie de dar y recibir. Así que no es solo lo que valoro en mi vida o lo que valoro para mí mismo. Cada relación tiene una caja en el medio con la etiqueta «Nosotros«. Para que una relación funcione, ambas partes deben contribuir y ambas partes tienen que obtener algo, de esa caja.
No debo únicamente dar, pero tampoco solamente recibir de una relación. Si solo doy, me sentiré utilizado, explotado y aprovechado. Pero si solo estoy en la relación como receptor, entonces por definición soy un parásito. Soy yo un aprovechado y un oportunista en esa relación.
Con esto no estoy diciendo que el dar y el recibir tenga que ser exactamente igual.
Doy lo que puedo y tomo lo que necesito.

¿Y mi perro?
En cuanto a la relación con mi perro tengo que tener en cuenta que esa relación se ha iniciado única y exclusivamente por deseo mío. Mi perro no tuvo palabra y no tenía posibilidad de elegir no empezar esa relación. Esto pone todavía más peso sobre mí. Todo empieza conmigo y la responsabilidad de que la relación sea sana es mayoritariamente mía.
Entonces ¿qué es lo que debo darle a mi perro? Pues Santos Salcines dijo en mi podcast ‘Pongamos que Hablo de Perros‘ que:
-Lo primero que hay que darle al perro, es tiempo.
Y se trata de darle al perro el tiempo que necesita. El tiempo que necesita para averiguar cosas. Tiempo para aprender. Tiempo para asegurar el entorno y así poder sentirse seguro. Tiempo para saber qué está pasando a su alrededor.
Si tengo un perro que “no encaja” en la sociedad puede que me encuentro con una persona, con quien mantengo algún tipo de relación, que no acepta a mi perro. Esto es una de esas situaciones en las que a lo mejor necesito evaluar la relación… que tengo con esa persona.
Algunas relaciones son particularmente perniciosas. A menudo desarrollamos relaciones por conveniencia, sin considerar los rasgos necesarios para construir un vínculo exitoso con otra persona, rasgos importantes como el apoyo inquebrantable, la confianza compartida y el apoyo.
Cuando una relación nace solo de la proximidad o la química, está destinada a fracasar. Necesitamos más que la presencia física de una persona para mantener una conexión significativa. Pero habitualmente mantenemos a las personas cerca simplemente porque ya están cerca. Esto es algo que tenemos clarísimo en cuanto a nuestras relaciones humanas, pero ¿también cuando empezamos una relación con un perro?
Relaciones negativas
“Aprende a ser feliz sólo. Así nunca tendrás una razón para asociarte con personas que te hacen sentir peor.”
(Mark Manson)
Es fácil desarrollar una conexión con un compañero de trabajo, un compañero de estudios o alguien que siempre está ahí, incluso cuando no agrega ningún valor real a nuestras vidas. Es aún más fácil permanecer en esas relaciones: las viejas relaciones son cómodas y comenzar nuevas relaciones es difícil. Las nuevas relaciones requieren trabajo, pero cualquier cosa a la que valga la pena aferrarse sí lo hace.
Todos nos hemos aferrado a alguien que no merecía estar allí, y la mayoría de nosotros todavía tenemos a alguien en nuestras vidas que nos agota continuamente:
– Alguien que no agrega valor
– Alguien que no es solidario
– Alguien que toma y toma y toma sin devolver
– Alguien que aporta muy poco, y nos impide crecer
– Alguien que constantemente juega a ser la víctima.
Sin embargo, las víctimas se convierten en victimarios, y estas personas son peligrosas porque inhiben que nos sintamos realizados. Nos impiden vivir vidas impulsadas por un propósito. Con el tiempo, estas relaciones negativas (o tóxicas) se vuelven parte de nuestra identidad: nos definen, se convierten en quienes somos.

¿Se puede Arreglar?
Afortunadamente, este no tiene por qué ser el caso: se pueden tomar varias medidas para deshacernos de las relaciones negativas.
Primero, puedo intentar arreglar la relación. Obviamente, esta es la solución preferible (aunque no siempre es posible o vale la pena). Las personas cambian con el tiempo, al igual que las relaciones. El funcionamiento de nuestra relación puede cambiar, ya sea matrimonio, amistad o familia, sin que abandonamos por completo la relación.
Me puedo sentar con la persona que está drenando la vitalidad de mi vida y explicarle lo que debe cambiar para que la relación funcione:
– que necesito que me dé más apoyo
– que participa en mi crecimiento
– aunque la persona es importante para mí, la relación en su estado actual no me hace bien.
Explicar que no estoy tratando de cambiarle como persona, simplemente quieres cambiar la forma en que funciona nuestra relación.
Finalmente, debo averiguar qué le gustaría cambiar en la relación y preguntarle cómo puedo yo agregar más valor. Aquí es imperativo que le escucho atentamente y que luego actúo en consecuencia.
Ahora, si no puedo cambiar la relación, hay que terminarla. Y aquí viene una frase que escuché en un podcast hace unos años:
“No puedes cambiar a las personas a tu alrededor, pero puedes cambiar las personas a tu alrededor.”
Piénsalo…
Esto no es fácil, pero se aplica a cualquier relación:
– familia
– amigos
– amantes
– compañeros de trabajo
– conocidos
Si alguien está agotando mi vida, es perfectamente aceptable decirle: «Esta relación ya no es adecuada para mí, así que tengo que seguir adelante».
Me lo debo a mí mismo para poder realmente seguir adelante. Me lo debo a mí mismo para ser feliz en mis relaciones.
A veces, seguir adelante es la única forma de desarrollar relaciones nuevas y enriquecedoras. Comenzando de nuevo, con las manos vacías y el corazón lleno, puedo construir relaciones más frescas, más fuertes y más solidarias. Relaciones importantes que me permite divertirme, ser feliz y contribuir más allá de mí mismo. Estas son las relaciones que todos necesitamos.
También es importante que yo hago mí parte. Yo también debo agregar valor a la relación a través de acciones consistentes, esforzándome continuamente para ayudar a la otra parte a crecer.
Ambas partes deben hacer lo suyo para hacer crecer la relación; solo entonces ambas estarán satisfechas con la relación que han construido.

Yo, con mi perro
Sabiendo esto, debo traducirlo a la relación que tengo con mi perro. El perro siempre dará lo que puede y casi nunca coge más de lo que necesita – o como dijo Celso Huerta en ‘Pongamos que Hablo de Perros’:
-El perro más obediente, es el que sabe que no le vas a pedir nada y aun así dará todo.
Por ello, la elaboración de la relación, en realidad, está en mis manos.
Por la parte que me toca ¿estoy dando más de lo que puedo? o ¿estoy cogiendo más de lo que necesito? Analizo la relación con mi perro y si hay un desequilibrio – intento arreglarlo.
Pero por la parte que le toca a mi perro, siempre dará lo que puede y lo único que pide de mi, soy yo. Necesita sentir que estoy con el. Simplemente eso… que estoy con el. Que cuando termina el día, mi perro puede decir:
-Hoy ha sido un gran día, porque has estado conmigo.

Un comentario en «La Relación»
Que interesante. Cuanta razón y cuánto nos queda que aprender, solo desde la manera de observar podemos seguir avanzando. Gracias 🙏